No sé si a alguien más le pasó, pero la vez que más me arrepentí de apostar fue en un clásico entre Bolívar y The Strongest. Me dejé llevar por la emoción, confié solo en la historia del equipo y no revisé ni la alineación ni las bajas. Perdí más de lo que debía y todo por apostar con el corazón. ¿Ustedes cómo manejan eso cuando hay tanta pasión de por medio?
Uff, me siento identificado. A mí me pasó en un Argentina-Brasil, aposté por Argentina solo porque soy fan, sin fijarme que jugaban sin Messi y varios titulares. Desde ahí, aprendí a ser más frío y mirar estadísticas, últimos partidos, hasta el clima. Me ha servido mucho revisar sitios de apuestas de futbol donde explican cómo analizar los partidos sin dejarse llevar por la camiseta. Es otra mentalidad.